Detrás de la palabra hombre A.R.V.

¡Oh muerte en vida! Nadie nos salva de esta orfandad.
Vamos y venimos. Subimos y caemos.
Palabra somos y en palabra nos convertiremos.

sábado, 5 de mayo de 2012

El tiempo de crear. De Fabiola (Integrante de nuestro Taller)


Estoy sentada en la parte más iluminada de mi casa, cerca de la enorme ventana que da hacia la calle. El día está muy nublado, creo que se va poner a llover en cualquier  momento, lo puedo sentir en el aire. Tomo una y otra vez la enorme taza de té que me ayuda a pensar todas las mañanas, cuando ya no hay  nadie  y me doy cuenta que ese es mi momento del día en que puedo disfrutar más de mi hogar y mi soledad.
En ese instante puedo poner en orden todos los pensamientos que aparecen como imágenes durante el día  en medio de la gente. Pensamientos que son tan intensos que no sabes si son reales o una jugarreta de tu tonta ansiedad por necesitar crear. Me cuesta ubicarlos para darle un sentido a la  historia de mis personajes, lucho con ellos y con el sonido de la calle que a veces se roba casi por completo mi atención.
Vuelvo a ubicar los ojos frente a la pantalla de mi computador para seguir con mi rutina diaria. Esa rutina que me fascina. Cada segundo que pasa puedo transportarme a aquel lugar guardado en lo más íntimo de mi ser. Aquel mundo que aún a mí me cuesta aceptar. Aquel mundo que construyo palabra por palabra, como si éste le fuera a dar un sentido a mi vida.
Las horas pasan y todo fluye tan fácilmente que a veces no quieres regresar.Temo no querer volver de ese mundo y no darme cuenta que la realidad es otra. Realidad en donde personas de carne y hueso me necesitan. ¿Cómo les hago entender que esto es lo más importante que tengo? ¿Cómo les digo que las letras y mis pensamientos lograron ganarle a mi terquedad y me entregué a ellos? ¿Será necesario tener que explicárselos?
Cuando llega la hora de volver, es cuando suena el despertador de mi celular. Sin él, creo que no tendría límites. Tengo que despedirme de David y Alejandra diciéndoles que mañana voy a crearles un mundo mejor, una historia más intensa, pero ellos parecen no entender que me tenga que marchar. En medio del apasionado romance o la acalorada batalla con las espadas y seres sobrenaturales, me tengo que ir a cocinar. Sé que a ellos no les parece, los creé para que fueran intensos y me exigieran bastante, no puedo pedirles que dejen de ser lo que yo misma creé. Cuando los dejo de lado, se apoderan de mis sueños y me muestran que ellos están y quieren que llegue luego a su final. Pero no puedo hacerlo ahora, no cuando me faltan herramientas vitales para que esa historia no quede en nada, no todo es imaginación. La historia de ellos es ficción, pero una ficción desde mi realidad. Lamentablemente si no estoy bien no puedo planearles un buen final y como para mí es una gran historia, merecen un buen final, y así yo también podre descansar.
Mañana voy a empezar todo de nuevo. Trataré de tomar el hilo de la historia desde el punto en que lo abandoné. No será lo mismo, lo sé, pero cuando logro nuevamente concentrarme  a veces lo consigo. Ojalá no existiera el tiempo, todo corre tan rápido en la realidad que no sé si me va a alcanzar la vida para terminar lo que empecé hace unos años, días, meses, horas y segundos.

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